miércoles, 3 de octubre de 2007

Yo siiiii, lo conocííííííí...


Mi buen cordova, diría que es un gran amigo (que lo es), pero su principal talento (despues de dibujar) es andar castrando, la neta no me gusta recordar la secundaria, andaba yo muy pendejo y pues, la neta hasta yo me hubiera estado castrando, pero en fin, basta de tan malos recuerdos... ok, sólo ennumeraré algunos:


Cancionero: "La pablitaaaa... va´l mercado con su novia la laurita, va´l mercadoooo, a comprar todos los pelos del mandadooooo...."

"Uuuuuajo del mar, Uuuuuajo del mar" y yo de pendejo que contesto "Uaaaajo mi picha" (no mames que pendejo).

"Ahi viene la pabla, se coje a la laura..." y de esa no me acuerdo bien.


Lolazos: Cierto día encontré a un desagradable cabrón (que lo mamón nunca se le quitó, pero no me desagrada actualmente) que se estaba amarrando los zapatos, tan encabronado andaba que pensaba tirarlo por las escaleras del auditorio... peeeeeeeeroooo, de pendejo que se me ocurre gritar "Banzaaaaaaaiiiiii" y saltar para derribarlo, el me escuchó, me esquivó y yo terminé azotando de barriga contra el piso del auditorio.


Otras: "laRochalaRochalaRocha... bueno, pero luego trabajamos"


Chale, de recordar tan pinches malos ratos me pongo de mal humor, pero bueno, era un chiquillo imbecil sin chiste y andaba muy despistado, no me puedo creer que prefiriera juntarme con puro idiota a lugar de estar solo, pero esto es ahora, en el momento los veía como mi redención como la oportunidad de ya no estar tan solo como lo había estado, y yo de pendejo que me paso de noble y les aguanté sus mamadas, les aguanté todos sus pinches castres y a pesar de haberles podido partir la madre (siquiera darles sus chingadazos) me rajé y me queda el arrepentimiento, me conformaba con darles una corretiza y mi furia sólo les daba risa, aaaaaala madre, pinche chiquillo cobarde, por culpa de los imbéciles de mi secundaria mi fama de pendejo duró el resto de la prepa, jajaja, lo curioso es que mi jefa no entendía porque no quería regresar a mi preparatoria cuando me había cambiado a otra, y es que en la otra escuela me respetaban, participaba en teatro, tocaba guitarra clásica y en los madrazos no andaba tan pendejo, formé una patética banda de rock, planeaba guiones para comics, iba a cursos de literatura y creación literaria.

Por otro lado no me arrepiento de haber regresado, conocí a mis broders Manuel Salgado y José Ramon Aguilar, pinches vatos chingones que hacen que la vida valga la pena, a todos los pendejos que me han subestimado, que me han despreciado y lastimado sepanse esto, el más pendejo de la clase, el más gordo y feo es más chingón que todos ustedes pinches putitos, y a las viejas mamonas que me han despreciado deberían saberlo, cada día a cada hora a cada paso, me vuelvo más fregón y no, ya son muy poca cosa como para estar conmigo, con una excepción que todavía me paraliza y me hace decir los chistes más estúpidos.

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