jueves, 4 de octubre de 2007

El dilema del inexistente...


Baja la mirada, concentrate en todo, encuentrame en todo aquello que te recuerde a un fragmento de vidrio colgando del espejo, encuentrate, mira los ojos de los ausentes, brillantes me hablan desde el infinito y tratan de mantenerme pegado a mi piso; el brillo es tan cruel como pudiera serlo cualquier otro día, y sin embargo, es mi reflejo quien me hace compañía
-Hola señor yo, como se encuentra el día de hoy-.
-Conmovido, las sombras de abajo de mi cama se han vuelto pequeños reflejos, pude ver su nucleo y encontrar pequeños fragmentos de luz que resultaba de su propia existencia-.
-¿Es eso posible?-.
-Por supuesto que lo es, vamos, no parecieses estar con vida, si uno de estos descuidos se te escapa a la vista de todos-.
-Vamos, ni que fuera tan importante, mira mi corazón, tiene posibilidades y esperanzas, no tanto odio, pero aparece el remordimiento de no hacer más de lo que se le pide-.
-¿Acaso serás tu el responsable de semejante vacío?-.
-Lo dudo, no puedo ser culpado por todo aquello de lo que no soy conciente, vamos que la noción de bien y mal no está suficientemente reconciliada como para iniciar magnánimas conversaciones de este genero-.
-¿Cual género?-.
-El género humano por supuesto, ¿acaso lo dudabas?, es el ser humano el responsable de perderse en si mismo cada vez que los egos imperan, y la vida que conocíamos juega a desaparecer-.
-Vamos, que venía a enseñarte y he salido enseñado.
-Siempre se aprende algo nuevo de uno mismo-.
Desaparecer hubiera resultado tan sencillo que hubiese sido trágico, no me digas que esa es tu mejor forma de demostrar cariño por aquellos que tanto te han cuidado, esto no es necesariamente lo más importante, lo más importante es perderte en verosimilitudes existentes en nuestro sexo, que de buena forma nos hemos hallado insuficientes para demostrarnos afecto, si, este es nuestro camino tan solitario y amigable que hemos de permanecer unidos durante todo el proceso.

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