No hubos testigos, se desintegró en la oscuridad de la madrugada y no hubo lágrimas derramadas, sucedió en un lugar cercano, siempre cotidiano y la vida con la muerte no dieron parte de lo sucedido, sólo quedó el silencio mientras millones de parejas se veían separadas, nadie lo supo por anticipado, nadie se quedó para ver el resultado, una cara larga se extendia y los corazones, únicamente latieron.
Pablo Portilla lo notó, el vikingo viajó por eternas aguas para extinguir el fuego malherido, las barcas flotaron sin viento, hoy el mar no tuvo caprichos, nadie estuvo frente a las olas para enfrentarse a lo inminente, todo quieto, todo en silencio, las decimas de jaraneros se descompusieron, y no fue culpa de nadie, nadie pagó su recibo.
Pablo Portilla lo notó, el vikingo viajó por eternas aguas para extinguir el fuego malherido, las barcas flotaron sin viento, hoy el mar no tuvo caprichos, nadie estuvo frente a las olas para enfrentarse a lo inminente, todo quieto, todo en silencio, las decimas de jaraneros se descompusieron, y no fue culpa de nadie, nadie pagó su recibo.