martes, 9 de octubre de 2007

Las luces que brillan a todos perros...


Tal vez a estas alturas lo hayan notado, que las cosas han ido cambiando, sobre todo con esto del clima y a tal grado hemos sido bombardeados por los medios (si, hasta parece que yo también) para perder por completo nuestras nociones de normalidad, los cambios climáticos si son preocupantespero más que simplemente hacerlo nuestro principal tema de conversación, por dios hay mil cosas que pueden hacer que apenas y van a notar si las dejan de hacer, pequeños momentitos que podemos robar de nuestro tiempo para ayudar, sin presiones, que tampoco es para ganarme el titulo de abraza-árboles, sólo tomenlo en consideración, si tienen internet les aseguro que con muy poco esfuerzo pordrán encontrar de lo que les hablo... si no les pongo links es porque soy un flojo y este blog es todo, menos un blog ecologista, mon dieu, la fotografía contamina con ganas, sobre todo la analoga, y disponer de todos los químicos que conyeva el proceso de revelado es muy caro y en lo que la gran mayoría de los que nos gusta esto es, prácticamente inalcanzable, creo que por esto como que te haces conciente... en fin, a lo que me truje chencha.
Ya me llegaron comentarios acerca de el post de las luces que brillan a todas perras, y aunque si, lo admito, conlleva un tono sexista, repito que mi intención no es la de generalizar, tanto así que en esta ocasión traigo el opuesto, el hablar de los hombres, por aquello de que mis lectoras me querían linchar, vamos, que reconozco la importancia de las aportaciones hechas de los grupos feministas a los estudios críticos de la comunicación y coincido en muchos aspectos de sus propuestas, y ya, basta de tanta disculpa, que la neta, siento yo, no me retracto absolutamente de ninguna de mis letras, que vamos, la polémica siempre es ha sido y será fascinante.
Hombre y por lo tanto, con la nariz al aire buscando el aroma del celo, perros, francamente perros, sin retractarse, hacerse para atrás al darse cuenta que el amor no era para él, que vamos, masturbarse con almohadas, melones, palomitas, repostería tibia y su novia la Manuela ya no resultaban suficientes, venga, que vivir en la fantasía amorosa tan propia de algunas mujeres tampoco se le antojaba, este hombre tan canijo (y porque no, tan "canino") debía utilizar su falo en busca de su función más importante (la micción es secundaria frente a la fecundación), pero, ¿como lograrlo?, por más vueltas que le daba imaginaba distintos escenarios en los cuales él podría tener sexo, pero vamos, sin las velitas y el incienso, sólo el sexo, pero lo importante de esto es que imaginaba, y entre ensoñación e imaginación, tuvieron un hijo bastardo llamado mentira.
Mentir, gran estrategia y tan sólo un paso natural en su evolución, hey, una mentira no difiere tanto de una fantasía, necesitaba entonces complementarla con las aspiraciones amorosas femeninas; atractivo, eso lo definía bien, jugando futból arrancaba miradas, todas volteaban a verlo, fuera con caras bobas o de reojo ahí siempre estarían las miradas, se acercó a ellas con toda la inexperiencia propia de su edad fuera molestandolas, echandoles agua o quienes lo recuerden podrán dar más opciones.
Pasa un tiempo, sus expresiones se vuelven más suaves, sutiles y cada vez más cerca de ser seductoras, pero a su edad se empieza a ir a las fiestas, el ingrediente necesario para hacer de sus rudos modales los adecuados instrumentos de seducción, pero esto no es un relato erótico y si lo vivieron se lo saben bien.
Los años pasaron y como papel de baño las fue desechando, tal como todas esas cartitas amorosas plagadas de dulzura y esperanza que tirara a la basura antes de leerlas, les presento a su creación, el seductor sin corazón, sin planes a futuro, con sólo el presente pegandoles de frente, sería una mentira decirles que nunca quiso a ninguna mujer, pero obtuvo todo lo que necesitaba del resto, pero esta es la historia de él, el egoista, el frío, el que toda mujer quisiera cambiar, el que tanto amaban y en la otra esquina las engañaba.
Heridas y molestas harían de si todas las armas de la seducción, convirtieron el amor en venganza buscando en cada hombre el recipiente de su ira, en este momento no necesitan encontrar pareja, no le creen a quien las quiere ni voltean a ver a quien las ama, juegan el mismo juego que jugara ese hombre con ustedes y pasan la enfermedad, los grandes imperios y sus escandalosas caidas.
Y yo conozco a esos hombres, en su reflejo me he podido ver, mas nunca soy él.

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