viernes, 17 de agosto de 2007

No te preocupes... hoy tengo tiempo

Para que todo me venga sobrando, caminando y equilibrando, hoy tengo algo de tiempo que deseo invertir soñando... por lo mientras me encuentro sobre mis manos parado, meditando y reencontrando pequeños fragmentos que formaban parte de mi, el sueño me consume, como quien vive de pastillas para dormir, sin embargo, conveniente estado para escribir.

Me encuentro a un paso del mundo de los sueños y a continuación daré tan sólo medio paso para sumergirme en un plano onírico y relatar lo que puedo ver allí.

Puedo ver una luz fuerte en el horizonte, pulsa, me llama, me atrae, me lleva, camino sin mirar atrás, camino hasta internarme en la luz, sonoro resplandor me en cuentro en un sueño, bosque, sólo árboles que se mueven por el invisible viento, me siento entre ellos y la veo allí, con su pelo rubio y su largo cuerpo, delicada, fina y coqueta, mi corazón se acelera, puedo ver a través de mi piel y lo veo latir, contemplo la sangre que es bombeada a través de mis venas, la puedo ver correr, la logro comprender en su camino, mi sangre revolotea y ella desaparece, levanto muchas piedras pero no puedo verla, me acerco a un lago, trato de ver mi reflejo, no aparece nada, entonces me sumerjo.

Un mundo azul, delicadas perlas resplandecen en el fondo, me interno más y más, me olvido de la presión y la opresión del respirar, me sumerjo más profundo en este sueño y logro ver hermosos castillos resplandecientes, pristinas catedrales y casas tornasol, es un pueblo fantasma, no puedo ver a nadie, y me encuentro frente a un papel que escribe mi historia, lo miro atentamente y contemplo la maravilla de sus reflexiones "En este pueblo habita la belleza más inútil, pues no existe nadie quien pueda darle sentido, en este pueblo debí nacer, para perder la razón sin sentido", me da risa, comienzo a reír, pero no me puedo escuchar, comienzo a angustiarme, recuerdo que no hay aire bajo el agua, sin aire no puedo producir sonido, la asfixia se acerca, es tiempo de emerger.

La veo a lo lejos, transformada en sirena, sus finas curvas me atraen hacia ella, quiero escuchar su canto, cual si fuera la última voz en mi vida, trato de encontrarla para darle mi corazón, grito sin sentido, ella no me escucha, ella sigue nadando y trato de alcanzarla, falta poco para la superficie pero soy capaz de morir por ella, aprieto mi puño y encuentro las afiladas espinas de una rosa, comienzo a sangrar y mientras nado dejo una estela carmesí en el agua, se extiende como un telón de terciopelo, insisto en sentir su piel, pero ella tan sólo se aleja, comienzo a ponerme pálido mientras me hundo.

-!No he de morir por rechazo¡- digo para mis adentros, nado con fuerza hacia la superficie, pero ahora soy de plata, brillo inútil entre los edificios, decido cambiar mi forma para escapar de mi predicamento, pienso en la piel de un tiburón y comienzo a transformarme, escapo de mi argentea forma con aletas, nado hacia la superficie.

A punto de llegar me detengo, he vuelto a ser humano, decido salir de mi sueño, trato de regresar al bosque, me veo a mi mismo en la superficie, trato de salir del agua, más no puedo, estoy atrapado por barrotes invisibles, mi otro yo introduce una mano dentro del agua y distorsiona mi forma, mis brazos se dividen en olas y vuelven a su lugar, lo veo como yo, desesperado, se levanta, toma carrera y se arroja al agua, salgo entonces disparado a la superficie, frente a mi veo mi tumba y sobre ella la bella mujer, la lápida escribe mi nombre y una fecha que no puedo recordar, trato de abrazar a la mujer, sin embargo la atravieso sin poder sentirla, con toda la tristeza regreso por el bosque, hacia el túnel de luz y de vuelta a mi... con un sentido de vacío.

Creo que me voy a ir a jetear un rato.

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