lunes, 8 de junio de 2009

Hoy son 200...







Bueno, Pablo en el Potrero está de fiesta... otra vez; cumplí mi propósito de llegar a las 200 entradas antes de mi cumpleaños, y en esta ocasión les traigo de nuevo un vistazo algo diferente, a lo que es mi mundo más cotidiano, con esto me refiero a mi fiel celular, que aunque no es un referente en calidad fotográfica, definitivamente es un excelente aliado a la hora de tomar las fotografías de mi pasar involuntario por las calles.

Hace un par de horas reflexionaba, acerca de la importancia de la fotografía en nuestras vidas y llegué a una variedad de respuestas, que con tal de resumirlas, mencionaré brevemente, que en nuestra existencia cotidiana, gozamos mucho de la idea de parecer, asemejarnos, ser similares a algún objeto, moda, ideología, movimiento, etc, buscamos continuamente la asimilación por parte de distintas instancias sociales, mediante nuestros disfraces, y con éxitos o fracasos lo intentamos continuamente, es decir, nuestro ser, depende de parecer, ideas como "auténtico", "original", "diferente", son aspiraciones completamente platónicas, que gustan de separar el hecho innegable, de que todos los seres existentes en el cosmos, inertes y similares, son la misma cosa, pero revuelta. La fotografía por si misma se da cuenta de esto, fiel heredera de su padre el hombre, se vuelve una forma más etérea de existencia, la fotografía es el espejo del sentir humano, y en su carácter, plenamente representativo, depende de parecer para ser.

El ser humano ha encontrado en la fotografía un justo homenaje a su simulación de existencia, para detenerse un segundo y contemplar, lo que en un instante dado, es, en realidad. La cámara captura una fracción del tiempo y representa de forma objetiva lo que las cosas son, incluso es capaz de representar, lo que nosotros tratamos de proyectar. Existen quienes con frío juicio gustan afirmar, que los ojos son el espejo del alma, sin embargo, si gustáramos de seguir esta idea, la cámara es más bien, el prisma del alma, mediante la cual, podemos fragmentar la realidad y aproximarnos al fantasma que se esconde en el caparazón (es deliberada la referencia a Ghost in the shell), nuestro caparazón, y el caparazón de nuestros semejantes genéticos.

Podemos, mediante y gracias a la fotografía conocer la realidad externa, un buen fotógrafo debe ser capaz de proyectar la experiencia de su fantasma, sin la necesidad de imitar la forma de ver de otra persona, la técnica es la llave para generar un estilo, una vez desarrollado, es justo y necesario, proyectar nuestras vidas, con los colores y ruidos de nuestros ojos, a los ojos de un público que no ha vivido nuestras vidas, a pocos días estoy de comenzar el perfeccionamiento de mi técnica, al día de hoy, lamento ser un triste "poser" de fotógrafo, pues mis lectores merecen algo mejor de lo que soy capaz de darles, pero les aseguro que intento constantemente perfeccionarme, en un par de años, lo que hoy soy capaz de hacer será insignificante comparado con lo que seré capaz de entregarles, los adoro y agradezco todas sus visitas, comentarios, conversaciones de café, las invitaciones a fiestas, diálogos por el messenger, correos y misteriosas llamadas en la noche, amo sus tomatazos, agradezco sus elogios, se merecen lo mejor, y suplico su paciencia, pues pienso dárselos dentro de poco.

Hoy se cumplen doscientas entradas, y el crédito es todo suyo, gracias por mantenerme motivado, son suyas las llaves del potrero, gracias, gracias, gracias totales (en palabras de cierto gustavo), eternamente suyo:

Pablo Portilla Vásquez

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