Remendando patatas...

Abandonando mi ambiguo lenguaje poéticoso, les ofrezco una breve entrada con respecto a lo que depara mi futuro.

El pasado periodo de más de 6 meses en los cuales he abandonado los estudios formales, me he dedicado a buscar conocimientos por mi cuenta, y felicidades a mi, he aprendido mucho, he reforzado cosas que ya sabía, y aprendido cosas que yo ignoraba, felizmente me encuentro ahora, a punto de emprender mi viaje a la ciudad de México, con la intención de unirme a una buena escuela de fotografía, puesto que al fin siento que es necesario avanzar con paso más provechoso, aprender por cuenta propia es maravilloso hay gran cantidad de cosas que ignoras de las cuales te vuelves consciente con tan sólo mirar a los lados, y sin embargo, en la ruta del conocimiento me he topado con una cueva, necesito pedir prestada una lámpara para ver, que se esconde en las sombras.

Necesito de equipo fotográfico profesional para llevar a cabo mucho de mi trabajo futuro, necesito rebotadores más especializados, lámparas profesionales, difusores, filtros, laboratorios, pero sobre todo, conocer gente nueva que sea capaz de alimentarme, necesito aquella persona cuyo talento se tan enorme que me intimide y el crecimiento de su técnica sea astral, para luchar por ponerme a su talla, para poder alcanzarle, y en el impulso superarle, con el máximo respeto por supuesto, estoy buscando un rival, no un enemigo, ojalá esto se pueda cumplir, lo deseo con todo mi ser.

Llegar a la cueva es fantástico, y la permanencia en ella requiere de valor, de conseguir esta lámpara prestada, será necesario venerar su flama, de poder avanzar en la caverna habrá que ser consciente, que algún día conoceré sus profundidades, y ese día se terminará la flama, ese día se extinguirá la luz, y habré de conocer con el resto de mis sentidos, todo lo que queda por descubrir, tal vez llegue a la salida, o tope con el final absoluto y entonces, tal vez pueda fundar mi hogar.