jueves, 8 de mayo de 2008

Una voz...



-Oye Mateo, que las olas van y vienen y tu ni vienes ni vas... ¿Qué clase de hombre de mar eres?
-Pues soy una cosa rara, ayer que me levantaba vi un angelito que de mi se reía, y me decía que me decía lo que me iba a decir porque necesitaba decírmelo antes de que se lo dijera a otra persona... si, así son las cosas en el mar.
Bellos angelitos juegan con los pies bien plantados en el jardín de la inocencia, destilan magia y cariño, con su hechizo te ordenan venerarlos, quererlos y protegerlos de un perverso mundo de chapopote, mismo que amenaza con quemar sus alitas. Bellos, bellos angelitos, me arrancan una sonrisa en mis dias más tristes, juegan a recordarme lo que ya no soy, el niño que he dejado tiempo atrás, y me enseñan mi lugar, no ya como un pequeño niño juguetón, si no como un hombre protector.
Rindo como tributo a su tierna infancia, la siguiente serie de fotografías, mismas que se irán publicando conforme pase esta semana y puede que también la otra, me alegra mucho el resultado del trabajo que desarrollamos juntos, los diminutos cortos nos hicieron reír una y otra vez, hemos regalado un momento mágico, que sus padres podrán conservar como un diminuto tiempo congelado, mismo que trata de capturar la inocencia e infancia que no regresará... gracias, gracias, gracias mil.

No hay comentarios: