martes, 1 de abril de 2008

Esperanzas marca radiador...


Que gran gloria es verla, en las escaleras, en el pasillo, en todos lados, su piel blanca me llama, abeja a la flor, mosca a la miel, a ella voy, camino y siento no me acerco, el dilema del caracol que resbala por el pozo, con un poco de diversión carnavalesca, en las noches es el tema de mis pesadillas, a su lado me proyecto y veo lo mismo cuando miro el cielo.
Torbellino de humo me disuelvo, me confundo cuando voltea a verme cuando piensa que no la veo, ¿seré en sus ojos la duda, la cuestión, el incómodo salto que se planea dar?, sólo me queda decir ojalá, venga la suerte por amor de algún dios que no ande molesto conmigo, ya es justo tener una pareja, he sido bolsillo roto por mucho tiempo, ansío encontrar el fondo del vaso de este solitario y amargo trago.
A la madre, neta que tengo unas ganas locas de amar, que el amor propio a veces basta, y otras, como en estos tiempos, desborda y reclama una nueva filial, un amor ajeno, un amor al cual pertenecer con o sin dueña, princesa de nieve, miel, fresa y alcohol, cuanto ansío, cuanto deseo acariciar tu pelo, tu piel, quiero ver el final del universo en tus ojos... tiempo al tiempo, paciencia y esperanza amorosa.

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