martes, 8 de enero de 2008

Chaaaa, y como cambia la gente...

Y de sorpresa nos reconocemos, como rostros perdidos y ligeramente abandonados, donde paramos porque no somos iguales a nuestros recuerdos, pero si nos parecemos perecemos por no aparentar ser, lo que éramos antes de empezar, ¿y quienes éramos ayer si hoy somos otros en otros cuerpos?, ni mi tripa más ancestral es la misma, ni el río donde me bañaba es el mismo.

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