miércoles, 29 de agosto de 2007

Con tal de no perderme

Me encuentro reflexionando todas las cosas que pudieran resultarme utiles, más no encuentro de que formas podría yo mantenerme conciente muy a pesar de la cantidad de sueño que comienza a tomarme por completo... anoche salí a tomar fotos de los últimos minutos del atardecer con resultados interesantes, sé que nunca serán populares, pero la fotografía de nubes me agrada.

Me duelen los ojos, vista cansada o algo por el estilo, son las 7 de la mañana y me faltan todavía varias horas para esta locura concluír, con un poco de suerte sobreviviré, como tantas otras veces a un día normal... me consume la normalidad, no la considero necesaria, excentricismo y otras magias.

Independientemente de cuan normal o bella sea la existencia, me pregunto cuantas veces me he visto a mi mismo contemplando el infinito, sean sueños en primera o tercera persona, no ha sido raro siempre sentirme así, representa tan sólo el anhelo adolescente que consume las imaginaciones de un amante frustrado de un corazón medio roto y una parte faltante, estos días he notado lo mucho que me he amargado y lo que sigue es un buen ejemplo de ello.

El lunes aconsejaba a una joven mujer, con una de mis tristes frases que dan evidencia de mi amargura, "sin ti yo soy nada, más prefiero ser nada a ser tu perro", pude sentir el cruel yugo que rompía mi cuello hace poco tiempo, y me vi a mi mismo temeroso a encontrarme una vez más enamorado... lo triste es enamorarme... ¿Para qué?, para verme rechazado, aborrecido, incluso odiado, que viva el "pinches viejas", que vivan las putas finas y de arrabal.

Si lo pensamos es bastante más sensato el pagar por sexo que pasar meses pagando cine, cenas, parques y todas esas pendejadas, con lo que habrás invertido con una pinche vieja fea, pudieras haberlo invertido en un puta bastante más que decente por encuentros sexuales más frecuentes que con las otras pinches viejas frígidas, y si eres cliente frecuente hace lo mismo que una novia... FINGE QUE TE QUIERE.

En ambos casos pagas por la misma cosa, una ilusión... con sus innegables ventajas, una no duele tanto como la otra.

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