lunes, 30 de julio de 2007

Arreglando el cuerpo


Chequeo hasta el momento:

-Labio inferior mordido.
-Ardor de ojos.

¿Quién podría adivinarlo?, me volví a lastimar.

En fin, el tema del día de hoy serán los gimnasios, si, esos donde levantas cosas pesadas con la esperanza de adquirir una mejor forma física y con suerte, una vida sexual más activa, pero en fin, me he puesto a observar como continuamente las personas que recién entran al gimnasio no pueden evitar mirarse constantemente frente al espejo, como si de casualidad los primeros 5 minutos de levantar una pesa de 5 libras les fuera a dar la musculatura de un Brad Pitt (PUTOOOOO!), nunca se tiene lo que se quiere.
Los flacos que quieren músculos, inevitablemente se llenarán de venas, los gordos que quieran ser flacos, se harán cada vez más anchos, la mujer que intenta desaparecer la celulitis la hará más obvia, y es que en realidad nadie sale de un gimnasio con lo que esperaba.
Y bueno, no digo que no haya resultado alguno por tu esfuerzo, al contrario, puedes alcanzar tu meta siguiendo un riguroso entrenamiento, donde en serio te juegues el físico y cambies todos tus hábitos en pro de esa meta, yo les digo, la neta, que hueva.
Yo no hago ejercicio para tener los brazos del Gobernator, o el atractivo de un Tom Cruise, yo hago ejercicio porque me gusta estar cómodo con mi cuerpo, porque no me gusta que me cueste amarrarme los zapatos ni puje para atravesar una calle, me gusta estar físicamente apto para emprender cualquier tarugada que se me ocurra, y además, con una propensión a los accidentes como la mía, necesito un cuerpo capaz de sobrevivir a mis lolazos.

Pero en fin, mañana será otro día, tengo que ir a correr, levantar pesas y comerme unas hamburguesas.

P.D. Si les interesa que ponga un curso de fotografía en este blog, avísenme.

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