jueves, 7 de agosto de 2008

La leyenda de los minerales...

Conforme el viento pasaba un amigo me ayudaba a recordar pasadas memorias de lo acontecido hace muchos años, unos labios mensajeros de besos prófugos gustaban de relatarme un futuro ya olvidado, ánimos de ultratumba, la fotografía descarriada de una tía y sus chones viejos, un acento olvidado con brincos en un charco.
El verano en parís, el invierno en Tokio, el dilema de los desechos y sus aventuras en el retrete, la opera más mierda con cuatro troncos en escena; ventrilocuos mudos de palabras redundantes, sitios comunes y citas de bolsillo, maderos en el río, coches en la avenida, visitas guiadas en la calle de la amargura.
Y en resumidas cuentas, esto es todo lo que quería contar... muy resumido por supuesto.



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