martes, 15 de abril de 2008

Breves fragmentos...

Cuando me di cuenta el resto de mi vida se había acabado, como una gota a medio caer, suspendida en el péndulo de mi juventud.
Los amores, entre más breves, tienen más la escencia de la primavera, breve, efimera y cálida.
Corazones no me ven, paso desapercibido entre las bellas, no es que me considere un monstruo, pero ciertamente no me reconozco en el espejo.
¿Quien es el hombre lo suficientemente justo como para no vender su alma? ciertamente yo no lo soy.
Encuentro que mi creación se va convirtiendo más en mi propia vida, posiblemente despierte para darme cuenta de que soy un sueño.
Ayer me enamoré de su sonrisa incompleta, inevitable no sentir ternura ante su diente faltante, roto por casualidad en medio de una travesura.
Por escapar me rompí una pierna, por permanecer perdí la vida.
No importa cuan rápido sea el jinete, el caballo siempre llegará primero.
El amor es una bella ilusión, se te olvida que llevas afiladas tijeras, las lágrimas gritan, corren y empujan.
Mi problema con la memoria es que algunas veces tiene la costumbre de imaginar, y otras la de recordar.
Ayer te quise olvidar... pero se me olvidó que jamás te fuiste.

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