lunes, 11 de febrero de 2008

El dilema del acostumbrado...


El problema no son los mismos colores, las mismas secuencias, las mismas vivencias, el problema es que no hay problema... si miras a su rostro, si tratas de invertirle un revés, te llevas una gran sorpresa, que no constituye por si misma una sorpresa, es una revelación cotidiana que ya podías preveer mucho antes de cuestionarla.
Mirando rostros en el mañana, por venir no ganan nada, por perder no invierten lagrimas ni sudor, es entonces una lógica decadente que lleva en espirales hacia una misma posición, de pie frente al mundo con teorías por delante, viendo siempre lo que se ignora con desprecio sin inspiración, que bien vales los cincuenta centavos de moneda ignorada, lo que se te paga por desintegrarte en radiadores, que la vida no vale nada si es que es necesario tener hambre para perdonar, no recordarte como hermano si la noche no me acompaña.
En fragmentos disonantes retumbamos como timbales, resonamos en un espacio, nos encontramos en lo que rememoramos, maldecimos y revivimos los 1400´s, con tus valores de antaño, extremistas y crueles, pero a oidos sordos caerás, pues a un precipicio te arrojaremos, bienvenido al espacio, donde sólo tu voz tendrás.

No hay comentarios: