jueves, 22 de noviembre de 2007

Ocupado...


A punto de caer en los brazos de orfeo me detengo y digo... NI QUE FUERA MARICÓN (sin animos de ofender).
Hola princesa, escribiendo esto para recordarte un momento impreciso, en que las fugas nos llevaron a las contaminadas aguas del puerto, con las olas vinieron los peces muertos y la llamada urgente de tus padres, por aquello de avisarte que pronto regresaban a casa, y como siempre corriste, y como siempre yo atrás de ti (por aquello de que la vista es más bonita).
Pero las cosas que no cambian, siempre con tus prisas de vivirlo todo, sin tomarle sabor, pasandolo como medicina amarga, cambiando de todo, ropa, música, amantes y demás ingenuos, pero ni que decir, que cuando el silencio se hace tan grande como una ola, todo regresa a donde estaba, a la realidad, al ser humano, al ser que puede todo y nada, con tiempo reducido para hacerlo todo y nada, vas y vienes, como huracanes me sacas de mi cama, en la regadera sonrío, tu nombre en mi escalera.
Pasas por mi lente, pronta como un obturador, a mis ojos, tu cuerpo desnudo susurra promesas, lo que no cambia, no pasa ni se queda, se filtra en diafragmas, pero no es necesario quedarnos en estantes, cuando podemos platicar de aves cacofónicas, palabrillas de diccionario, oraciones en español que no entendemos, decir amor verdadero, causa justa, lo necesario, lo importante, lo que vale, lo que se desperdicia, viento y nada más, el susurro de las puertas entreabiertas donde contemplamos el vacío.
No nos moveremos, jugando con el tiempo conciente nos mantenemos, que bien quisieramos decir satisfacción, pero esa aquí no vive, nadie tiene lo que merece ni lo que necesita, tenemos la dulce satisfacción de vernos en suspenso, entre toses y calenturas nos encontraremos, ocupados por la vida que no pedimos, permaneciendo sin orgasmos que compartir entre nosotros, siempre anecdotas, siempre ajenas, ni tu serás mía, yo no puedo, me entrego tanto que soy mercancía agotada, me sacaré del mercado, abriré un aula de falsa castidad para refugiarme del corazón, de mientras tu soluciona, todo esto que te sucede, no vendas tantos conciertos, duerme en algún momento, que no eres niña ni mujer, vive joven, no prisionera, lo que creas justo lo será y te lo entrego, pero duerme de vez en cuando, tanto trabajo sin sueños, tanta vida por delante, tantas ganas de escaparte.
Hoy yugo, mañana látigo, pasado...
Gente Hermosa, perdonarán mis ausencias, pero ando en exámenes finales, y aunque bien sé que no me sacaré una medalla al mejor estudiante, hago lo que quiero por que puedo, entregas y entregas, promesas que se encargan, pero un par de semanas más y soy libre de una horrible ciudad, regresaré a casa derrotado, no de rodillas advierto, pero derrotado, mi hombro izquierdo que se desangra en ruidosos borbotones, dilemas de fe personal en infusiones, pero a la mejor con un cafecito me levanto, porque lucharé sin cuartel para derrotar a mis errores.

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